las grietas de América

No me suele gustar poner como título a una reseña el mismo título del libro que estoy comentando, pero hay veces en el que el título de una reseña no puede ser otro. Este es uno de esos casos. Las grietas de América, del periodista arbizutarra Mikel Reparaz, editado por Ediciones Península. Hoy comienza la era Biden. Termina el tiempo de Trumpistán. Lo que está medianamente claro, más después de la lectura de este apasionante recorrido bajo la piel de un país dividido, tal y como reza el subtítulo, es que las dos maneras de entender EEUU no solo han persistido, sino que han reforzado sus posiciones en los últimos cuatro años. Las grietas de América están cada vez más abiertas.

Antes de entrar en el contenido del libro, quiero comenzar diciendo que he disfrutado muchísimo con su lectura. Casi cuatrocientas páginas que devoras con auténtico placer en un recorrido por la actualidad política, la historia, la cultura y los hechos concretos que hacen la propia Historia, con personas reales y lugares, y todo contado con el buen hacer de un periodista de los que entienden el periodismo como el ejercicio de contar, la verdad y nada más, una verdad generalmente compleja. Esta última cursiva es una frase del propio Mikel. Su reflexión sobre el periodismo más allá de las píldoras informativas, que huye de la equidistancia como verdad matemática, es un magnífico ejemplo de ese periodismo casi inexistente hoy en día en los medios clásicos, de reportaje que da la posibilidad de que quien lo lea pueda sacar sus propias conclusiones. Es un periodismo que trata a quienes informa como personas adultas, no como una masa a quien convencer. Y es de agradecer algo así. Quienes hemos visto a Mikel en los teleberris hablando desde Estados Unidos, ya intuíamos algo así, a pesar de que las conexiones en un programa de noticias suelen estar acotadas, pero Mikel, en sus años como corresponsal de EiTB en EEUU, siempre ofrecía datos e historias para poder continuar por tu cuenta la búsqueda de información. Por eso, el libro no es falsamente equidistante, ni pretende serlo, con las dos formas de entender el país. Y no por ello está alejado de una realidad que atraviesa la piel del país desde sus orígenes.

Fotografía de @claybanks

El libro hace un recorrido por una realidad que, aunque incómoda, forma parte del país desde su propio nacimiento como nación independiente y aún más, desde que el actual país eran colonias europeas. Esa realidad es la de un persistente racismo que impregna todos y cada uno de los estamentos y aunque tiene mayor intensidad en algunos estados, mayoritariamente sureños, está generalizado por todo el país. Ese racismo, basado en la idea de una supremacía blanca original (de hombres y protestante), es contra la población afroamericana, pero también contra la comunidad hispana, nativa (pertenecientes a los pueblos originales que poblaban el lugar) y en muy menor medida asiática y judía. En las últimas décadas, el racismo contra las personas musulmanas ha elevado sus posiciones, como en el resto del mundo occidental. Es curioso observar los periodos históricos en que estos racismos han surgido o se han fortalecido (esclavitud y fin de la esclavitud, la llamada conquista del Oeste, guerra de Vietnam, 11-S, por poner un ejemplo). Si bien este racismo está presente en toda la sociedad, en desiguales intensidades, entre las comunidades de familias blancas conservadoras está más acuciado y forma parte de su propia manera de entender el país. Ni que decir tiene que el racismo es parte de las diferentes organizaciones fascistas protegidas en estos cuatro años por el presidente Trump.

Y lo bueno de Mikel, es que este recorrido lo realiza con datos y hechos concretos, partiendo del asesinato a manos de la policía de un joven negro, Freddie Gray, de Baltimore, Maryland, año y medio antes de la llegada de Trump al poder, hasta el asesinato de Heather Heyer, una manifestante contra una movilización supremacista, tras ser embestida por el coche de un neonazi en Charlottesville, Virginia. Estos dos episodios que protagonizan el primero y el último de los tres capítulos en que se divide el libro, tienen sus peculariadades. En el primero vemos el clásico racismo impregnado en la policía, en los estamentos y administración estadounidense, su historia y los avances y retrocesos que ha habido en torno a la desigualdad que tienen la ciudadanía blanca y la negra. En el último nos relata el escalofriante ascenso y expansión de los movimientos supremacistas y fascistas, con elementos históricos como el Ku Klux Klan, pero que van mucho más allá, ascenso conseguido gracias al amparo más o menos explícito de Donald Trump. Entre estos dos hechos, la llegada de Trump a la Casa Blanca, con un análisis de lo que hoy en día son los partidos Republicano y Demócrata, con los aparatos de cada partido, con Hillary Clinton, con Bernie Sanders y con las elecciones de 2016. Y a través de todo el libro, nombres, lugares, movimientos sociales, linchamientos, presidentes, política, operaciones inmobiliarias, caza de brujas, capitalismo, banderas, muertes, victorias y música, mucha música. Absolutamente ameno, uno de esos libros que, a pesar de lo duro del tema en muchos momentos, disfrutas leyendo de lo bien escrito que está, del conocimiento que destila y de la pasión que se palpa.

Como decía, una de las sorpresas del libro es la referencia constante a la música que es parte de hechos concretos, o que es el sentimiento de un momento, o el mensaje musicalizado que se expresaba entonces. Y tanto me ha gustado, que me he hecho mi propia lista en Spotify, lista abierta para que cualquiera podáis escucharla. Os dejo con ella, no sin antes animaros a leer el libro, a comprarlo en vuestra librería del barrio o de vuestro pueblo y a que lo solicitéis en la biblioteca pública. Una gozada. Espero que la era Biden, más allá de otras cuestiones, sea el momento en que esas grietas de América vayan cerrándose, haciendo de su país un lugar en donde el color de tu piel o tus orígenes no sean, per sé, motivo de desigualdades.

capitalismo democrático

A falta de unos días para que el demócrata Joe Biden se convierta en el 46 presidente de EEUU, transcurrida más de una semana desde el asalto al capitolio federal en Washington por parte de fascistas, seguidores y a instancias de Donald Trump, todavía inquilino de la Casa Blanca, me encuentro en la apasionante lectura de un libro escrito por el periodista arbizutarra, Mikel Reparaz, sobre la «actual» polarización del país norteamericano. Pero de Las grietas de América hablaré dentro de unos días.

El libro del que quiero hablar, escribir, hoy es un pequeño ensayo de menos de cien páginas, que recoge dos conferencias y un epílogo a modo de reflexión del filósofo y pensador francés, Alain Badiou, sobre Trump como síntoma mundial de una forma de hacer política, en realidad economía (¿acaso la política oficial es otra cosa?), globalizada que viene a llamar capitalismo democrático. El libro, editado por Clave intelectual, cuesta 14 euros y se titula en castellano, Badiou contra Trump. Lamentablemente no se encuentra en el catálogo de libros de la red de Bibliotecas de Navarra.

Este libro nos cuenta el previo. Es decir, las condiciones para que un tipo como Trump, racista, mafioso y showman, llegue a ser el presidente del motor del Imperio. ¿Qué ha ocurrido en la política estadounidense para que este empresario haya dirigido el país a través de su cuenta en Twitter? La respuesta, como casi siempre, parece bastante sencilla, aunque no lo es. La cuestión principal es saber hacer bien la pregunta. Y la pregunta, en este caso, no es otra que ¿cuál es la función de la clase política en un sistema democrático? Lo que lleva a la siguiente cuestión, ¿cuál es la función de un sistema democrático? Vamos allá.

Badiou parte de una constatación. El sistema capitalista globalizado, es el sistema que, actualmente, sostienen los sistemas democráticos en el mundo. Este sistema que se mantiene gracias a las desigualdades que crea (según su funcionamiento, para que unos ganen, otros tienen que perder), está agotado, ha fracasado. Pero en estos momentos no existe una alternativa real. La única alternativa, según el filósofo marxista, fue el sistema comunista que fracasó también estrepitosamente a finales del siglo XX. Todo esto, que dice Badiou, da lugar a una serie de reflexiones sobre el estado de los sistemas democráticos. Según el pensador, la función principal de los sistemas democráticos, de su establishment y administración, es la de sostener y defender el capitalismo, actualmente sujetos a las decisiones económicas de macroestructuras económicas y monopolios que actúan como verdaderos gobiernos a la sombra.

Llegados a este punto, Badiou, continúa la reflexión señalando que el fracaso del capitalismo y las cada vez mayores desigualdades creadas, es el caldo de cultivo en el que se han formado los sectores de trabajadores desencantados que se agarran a cualquier posibilidad, aunque sea un clavo ardiendo, que suponga un mensaje diferenciador del mensaje clásico del capitalismo democrático. Si este mensaje se lanza mediante manipulaciones, fake-news y desinformación, falsedades y mentiras constatadas, y es una especie de predicador quien se presenta como alternativa a ese establishment que condena a los trabajadores y trabajadoras a perder cada día más en sus supuestas posiciones de comodidad (y ahí entra en juego, también, la cuestión racial), el desastre está servido. En este punto, subraya que en las eleciones de noviembre de 2016, en realidad no se enfrentaron dos contrincantes con una propuesta diferente en cuanto al sistema, ya que, tanto Clinton, modelo de establishment desde el Partido Demócrata, como Trump, de facto parte de ese establishment no de partido sino de sentimiento, eran y son los valedores del capitalismo democrático en EEUU. Badiou señala también que en aquel momento sí pudo haber un antagonista de Trump en cuanto a ideas, que no era otro que Bernie Sanders, pensador y activista socialista, actualmente senador por Vermont, independiente en el Partido Demócrata. Pero, como se supo después y se intuía en el mismo momento, el señor Sanders fue boicoteado directamente desde el aparato de su propio partido.

El libro es de fácil lectura, de una extensión adecuada para que no lo dejes en el tercer capítulo, pedagógico en algo que, si bien no es algo que no se sepa, es capaz de ordenar y clarificar perfectamente las ideas sobre democracia y capitalismo. Tras la lectura del mismo, creo que se disponen de más elementos para poder hacer frente a esos otros Trump populistas y fascistas que ya están y muy posiblemente vayan llegando más en los próximos años a otros lugares del mundo, como Europa.

Hay algo que me dejó pensando al final del libro del señor Badiou. La alternativa a ese sistema de capitalismo democrático. Y cada vez que lo pienso, más me convenzo de que esa alternativa pasa por un pensamiento colectivo que fomente el cuidado de y desde las comunidades y por otro lado desde cada persona por trabajar más la empatía con el resto de seres humanos y con el lugar en el que habitamos.