concierto peligroso

La escena que presento hoy es, para mi, el momento clave de una película que, en su momento, me impactó. Tras ver Las amistades peligrosas, quedé maravillado de aquella historia, de la ambientación de la película, los lugares que aparecían en ella, los trajes y vestidos, su música, John Malkovich, Michelle Pfeiffer, Uma Thurman, Keanu Reeves y sobre todo una impresionante, en todos los sentidos, Glenn Close, con la cual estuve a punto de convertirme en un fan friki. Es lo que tiene la adolescencia.

La película, dirigida en 1988 (joder cómo pasa el tiempo) por Stephen Frears, cuenta la extraordinaria historia de La Marquesa de Merteuil que, por despecho hacia su amante que la acaba de abandonar, se alía con otro antiguo amante, el Vizconde de Valmont, para que desvirgue a la que será la esposa de su ex, que además es la hija de su prima. Un lío. La cuestión es que el tal Valmont, que es un pieza de cuidado, está ahora intentando montárselo con Madame de Tourvel, una beata casada, así que la marquesa le propone un juego en el que ella hará lo posible por ponerle a la beata en bandeja, con la condición de levantarse a la virginal Cécile. El final, como no puede ser de otra manera, se desmadra, alguna se muere, a otros les matan y para desgracia de la marquesa, todo París se entera de lo sucedido. La escena final de la película es de las de antología.

En cuanto a la escena que traigo, se trata de la victoria de Valmont sobre la joven Cécile (a la fuerza…), como consigue acostarse con ella, como el ambiente se enrarece en la casa y como la marquesa es solicitada para ayudar en este percal. No saben lo que se les viene encima. El caso es que Frears, cuya película cuenta con una muy buena banda sonora compuesta por George Fenton, utiliza para toda esta escena el primer movimiento, Allegro, del Concierto para cuatro claves en en la menor, BWV 1065, de Johann Sebastian Bach. Un acierto en el ritmo de la escena y en la ambientación del hecho que narra. Esta es la escena:

En cuanto a la obra de Bach, señalar que, en realidad, se trata de una adaptación para cuatro claves de un concierto para cuatro violines de Antonio Vivaldi. Esta práctica era muy habitual en la época y no era ningún desmerecimiento para quien lo hacía. De todos modos hay que resaltar que esta es la única adaptación de un concierto para la clave que Bach hizo de una composición que no era propia. En 1713, el duque de Sajonia-Weimar, al servicio del cual estaba el compositor, regresó de un viaje con un montón de partituras, muchas de ellas de música italiana. El caso es que a Bach le interesó sobremanera el esquema de concerto grosso, imperante ene se momento por aquellas tierras, cuya característica principal es la alternancia de la orquesta con instrumentos solistas. Así que, años más tarde, cogió una de esas partituras, la del Concierto para cuatro violines en si menor, RV 580, de Antonio Vivaldi, para adaptarlo al teclado. La adaptación está compuesta de tres movimientos, Allegro, Largo, Allegro, y cosa los tres están en el mismo tono, en la menor, cosa que el concierto de Vivaldi no. La música es viva en su principio que es la parte que se utiliza en la película y destaca el segundo movimiento de Bach, que fue catalogado de innovador en su momento. Os dejo con la versión al piano que Argerich, Kissin, Levine, Pletnev interpretaron en Verbier, en su Festival de Música clásica, el 22 de julio de 2002.

Y, como no podía ser de otra manera para completar la audición, os dejo, también, la versión original de Vivaldi, interpretada por el Giardino Armonico.

En cuanto a las versiones bachianas me quedo con dos. Las dos con claves, no con pianos. En primer lugar la que hacen los virtuosos The English Concert, drigidos por Trevor Pinnock, una versión que se recoge en esta integral de los conciertos para diferentes instrumentos de Bach en donde lo más reseñable es el acierto en el tiempo empleado. Esta interpretación fue editada por el sello Archiv. La segunda versión es la de Café Zimmermann en el cuarto volumen de los Conciertos para diversos instrumentos, una versión muy fresca que merece la pena y que se puede adquirir cada álbum por separado.

Y ya que estamos, os dejo con dos versiones del concierto original de Vivaldi. La primera es excelente, llena de vida y llena de la genialidad de Jordi Savall dirigiendo a Le Concert des Nations para su propio sello Alia Vox. La segunda nos ofrece la posibilidad de escuchar la versión vivaldiana de la mano de Café Zimmermann, que también interpretan en otro álbum la versión del cantor de Leipzig, también en Alpha.

Y dejadme despedirme con la escena final de Las amistades peligrosas. Solo por esta escena Glenn Close se merecía el Oscar a la mejor actriz principal que Jodie Foster ganó en los premios de Hollywood de aquel año.

P.D. A todo esto, la película está basada en la novela epistolar de Pierre Choderlos de Laclors, publicada en 1782 y que merece, y mucho, leerla. Es de esas obras que lees, poco a poco, a gusto y gozando de ella. Hay una buena edición de Mondadori y otra en versión bolsillo de Cátedra.