¡es amor, idiota, es amor!

«Me bastaba un simple roce o su olor para identificarlo, y, si me quedara ciego, lo reconocería por su modo de respirar o pisar el suelo. Lo reconocería incluso en la muerte, en los confines del mundo».

Patroclo en La canción de Aquiles, cap. 12, pág. 140, Alianza Editorial

En la literatura universal, desde sus comienzos, un tema estelar, casi podría decirse que «El tema», ha sido el de las relaciones personales y más concretamente las relaciones de amor y desamor. Miles de historias de amor jalonan páginas y páginas de literatura, de relatos, novelas, cuentos, leyendas, baladas, canciones y esta novela que hoy presento, va de eso, del amor. La canción de Aquiles, de Madeline Miller, editado por Alianza Editorial, es la primera novela de la autora, que en su edición anterior se agotó hace tiempo y que ahora, tras el éxito de su segunda novela, Circe, han decidido reeditarla por todo lo alto, esto es, en tapa dura, con una impresionante sobrecubierta con el casco del héroe de los pies ligeros y cinta separadora. Una belleza.

Pues eso, la novela, el cuento, que se lee con facilidad en tres días, cuenta la historia de amor entre Aquiles, héroe de la Guerra de Troya, hijo de una diosa y un reyezuelo mortal de los que abundaban en el Egeo y Patroclo, hijo exiliado de otro reyezuelo. Y en este momento es cuando alguien, siempre, se pone nervioso, incluso sin darse cuenta. «No, no. Lo de Aquiles y Patroclo no era amor. Es que entonces era normal tener un compañero, un amigo más amigo en la adolescencia y además uno de ellos era siempre mayor que el otro. Esto no tiene nada que ver con el amor y una relación de pareja entre dos hombres. Entonces eso no era posible. Era más una cuestión de proceso educativo». Y tan campantes. Y entonces me pregunto, ¿acaso las relaciones de pareja entre hombres y mujeres no han cambiado en 3000 años? ¿Por qué esa necesidad de hacer siempre la misma aclaración cuando se habla de una relación de este tipo? Claro que las relaciones han cambiado, claro que los mismos conceptos de amor, educación, sociedad, han cambiado. Pero es que esos mismos conceptos no son los mismos que hace 50 años. Los modelos cambian, pero lo que no cambian son los sentimientos. Pero bueno, esto no es nuevo. De este tema de la relación entre Aquiles y Patroclo se ha hablado desde hace siglos. Lo hace Platón en El Banquete, Homero utiliza la discreción para pasar de puntillas en la Ilíada, Esquilo habla de esa relación en Los Mirmidones y el historiador romano Claudio Eliano señala que Alejandro y su amante Hefestión dejaron sendas coronas en las tumbas de Aquiles y Patroclo, como insinuación de sus propias relaciones. Yo simplemente me hago la pregunta de qué hubiese pasado si este modelo de relaciones entre dos hombres, o dos mujeres, se hubiese tratado con la naturalidad con la que se tratan las relaciones entre un hombre y una mujer. Posiblemente muchas personas hubiesen tenido un modelo en el que mirarse y seguramente muchos hombres hubiesen evitado grandes sufrimientos. «Joder, Dani, pareces nuevo».

John Flaxman. Achilles Mourning Over the Body of Patroclus. 1793

Y no. No es una novela sobre la Guerra de Troya. Porque también hay gente que enseguida dice que esta novela no cuenta bien la guerra emprendida por Helena (más bien para que el macho de turno recupere su propiedad y tal). Pues ya ves. La novela tiene tres partes diferenciadas. La primera, digamos, es el exilio de Patroclo tras matar, sin querer, al hijo de un oficial de su padre y el encuentro entre los dos protagonistas en la palacio de Peleo, rey de Ftía y padre de Aquiles. La segunda parte se desarrolla en la gruta de Quirón, el centauro, que se convierte en su maestro de vida. Y la tercera parte es la de la Guerra de Troya que se relata en la Iliada de Homero y su desenlace trágico. Y entre medio una historia de amor, ni más ni menos, surgida de la imaginación de una filóloga estadounidense que enseña latín y griego en bachillerato. No esperéis encontrar un novelón, pero si queréis disfrutar un rato con una historia bonita, con este libro lo haréis. Y recordad que lo que se cuenta en esta obra es solo uno de los muchos relatos sobre los diferentes temas que ahí aparecen y que han aparecido en infinidad de obras, muchos de ellos con diferencias en los hechos, algunos muy famosos, como las obras de Homero, o a quien llamamos Homero y otros relatos que tuvieron su gloria en algún momento y ahora son prácticamente desconocidos.

Curiosamente, tras leer la novela, me he encontrado con múltiples páginas que hablan de este amor entre Aquiles y Patroclo, y con infinidad de dibujos, mangas y demás, que fans del libro han ido haciendo por todo el mundo. Y quién sabe, quizá después de leerlo haya quien se lance a leer la Iliada, o la Odisea, o algún otro clásico. A mí me ha dado por releer la Ilíada, esa que empieza

«La cólera canta, diosa, de Aquiles hijo de Peleo, cólera funesta que un dolor infinito causó a los aqueos y tantas valerosas almas de héroes arrojó al Hades, haciéndolos presa de perros y de todas las aves».

La Ilíada, comienzo del Canto I. Traducción de Óscar Martínez García, en edición de Alianza Editorial.