¡si no quieres ser como estos, lee!

Pues va a ser que no. Que lo que no les gustan son los libros, ni que la gente lea, ni mucho menos que lo haga en bibliotecas. Lo que debiera ser una noticia para alegrar a cualquiera, algunos, los de siempre, lo miran con recelo indisimulado y lo toman como un ataque a su normalidad, esa que nos han impuesto en las últimas décadas.

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Ayer se abrió, de nuevo, la histórica biblioteca de San Francisco con horario ininterrumpido de nueve de la mañana a nueve de la noche. Cuando hace años el equipo de UPN decidió recortar por todos lados, lo hizo especialmente en el aspecto social y con especial ahínco en todo lo que estuviese relacionado con la cultura. La red de biblioteca de Nafarroa sufrió un recorte muy agresivo que supuso imposibilitar de facto la apertura de bibliotecas en horario de mañana y tarde y que propició, según los parámetros de las políticas neoliberales llevadas a cabo por Barcina y Maya, la privatización de la gestión. En muchos pueblos y barrios se organizaron protestas y en Alde Zaharra de Iruñea surgió una plataforma para luchar por la biblioteca. No solamente protestaron por los recortes llevados a cabo, si no que escribieron, debatieron, socializaron y trabajaron una desiderata en donde pusieron las bases de cómo sería el modelo ideal de biblioteca e incluso apuntaban a diferentes medidas para lograr ese modelo. En la anterior legislatura el tema estuvo presente en más de una ocasión en el pleno del ayuntamiento, recibiendo el NO automático a cualquier propuesta por parte de las vecinas y vecinos. Porque la realidad fue esa, que la lucha y la dinámica en favor de la biblioteca, fue y es una dinámica vecinal, asumida por todo el barrio.

Cuando EH Bildu entró a gobernar el Ayuntamiento junto a las otras tres fuerzas, llevaba bajo el brazo la propuesta de recuperar la biblioteca para el barrio. No fue, ni es una propuesta propia, si no que hizo suya la propuesta del barrio. Ese fue su compromiso y de ahí el esfuerzo que se ha llevado a cabo para lograrlo. Las bibliotecas son competencia del Gobierno de Navarra, pero por la situación de las arcas forales dejada por Barcina, parece ser que no era el mejor momento para afrontar esto desde el ejecutivo foral. Tras negociar se ha llegado al acuerdo de que era el Ayuntamiento quien soportaba este año el gasto que suponía recuperar la gestión de la biblioteca y abrirla más horas. Pero esto ha tenido contestación también, en este caso en forma de moción del PSN, que, en el pleno del próximo viernes, pide que el gasto de personal sea asumido por el gobierno de Barkos, sabedor de que esto, este año no es posible. La cuestión es que en el PSN no pueden comprender que nuestras prioridades y las suyas sean diferentes. Las suyas consisten en sostener, junto a UPN, el Régimen del que han sido y son parte fundacional. Las nuestras, en cambio,  son, entre otras, la cultura, la educación y poner todos los medios para avanzar en un modelo de sociedad en donde las personas tengamos conciencia crítica. Y para eso, señoras y señores de UPN y PSN, es imprescindible leer!

Ya lo decían en la Bola de Cristal: «Si no quieres ser como estos, lee». En la biblioteca de San Francisco tienes todas las posibilidades. Por la mañana y por la tarde.

cita con los clásicos

Hace dos semanas, buceando en la página web de Katakrak, descubriendo las joyas que nos incitan a leer, me fijé en un título que me llamó la atención: «Cita con los clásicos», de Kenneth Rexroth, editada por Pepitas de calabaza. Se trataba de un compendio de ensayos sobre diferentes obras literarias que el poeta y activista norteamericano había publicado en una revista para el gran público a finales de la década de los 60. No se si me puedo imaginar una revista de ese tipo hoy en día publicando este tipo de artículos , breves y brillantes, en el que se hace un recorrido por sesenta libros que, para Rexroth, constituyen «los documentos básicos de la historia de la imaginación». El caso es que me sedujo el título, el comentario en la página de la librería, y lo compré.

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A quien le guste leer por el placer de leer, de imaginar y gozar con las palabras y los pensamientos de los escritores, este libro puede convertirse en un pequeño manual que ayude a descubrir esos tesoros de la literatura universal que, por una u otra causa, se han erigido en guía y luz para muchas personas en el inmenso universo de la palabra escrita. Ni que decir tiene que es el listado que Rexroth escribió en aquéllos ensayos que habrá que completar con los imprescindibles de cada cual.

No soy de los que desdeño la literatura actual, pero creo que, de la misma manera que en otros campos intentan alinearnos a toda costa, también existe ese peligro en los libros que se empeñan que leamos todo el mundo. Si no has leído la trilogía de moda no eres nadie, igualmente que si no has visto tal o cual programa de televisión eres un bicho raro y si no sabes quién es un personaje de la farándula eres un analfabeto social. Yo me declaro nadie, bicho raro y analfabeto social. Es algo que he asumido. Afortunadamente en esta Iruñea que el poder ultraconservador -no lo olvidemos, la idea contraria al fascismo es la cultura- ha convertido en una ciudad gris, con contenedores vacíos de cultura y una programación cultural elitista y uniformizadora, surgen de vez en cuando espacios de debate y de cultura y auténticos libreros críticos cuya necesaria labor es aconsejar y ayudar a elegir un libro más allá de los dictados de la gran industria editorial. Después de la triste desaparición de El Parnasillo dos librerías han tomado el relevo en mi referencia para comprar un libro, las dos diferentes en conceptos, pero unidas en la pasión por los libros de quienes se han embarcado en esa aventura que tiene que suponer sacar adelante una librería, no una tienda de libros, hoy en día. De Walden hablaré en otra ocasión; de Katakrak solo puedo decir que es un proyecto sin el cual Iruñea tendría muchas más posibilidades de seguir hundiéndose en el fango de la alineación, gentrificación y vacío al cual la ha llevado UPN. Este espacio de encuentro y análisis, taberna sostenible y librería crítica es imprescindible en el proceso hacia un modelo de ciudad activa que, entre diferentes, podemos y tenemos la obligación de construir.

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En cuanto al libro que pretendía reseñar, solo señalar que sin haber leído unos cuantos libros que han marcado, de una u otra manera, nuestra sociedad, es imposible tener capacidad de poder entender la literatura que se crea hoy en día. Esto no quiere decir que solo debamos leer estas obras, ni mucho menos, pero es necesario hacerles hueco en nuestra agenda literaria. El escritor estadounidense repasa 60 libros marcados por varios elementos personales: es miembro de la sociedad occidental y anglosajona, es poeta, es especialista en literatura china y murió en 1982. Aún y todo es una excelente base que completar con nuestro propios libros.

Entre otras joyas que repasa y anima a leer con capacidad crítica están La Ilíada, de Homero, Historia, de Heródoto, La república, de Platón, Meditaciones, de Marco Aurelio, Los cuentos de Canterbury, de Chaucer, El príncipe, de Maquiavelo, Don Quijote, de Cervantes, Macbeth, de Shakespeare, Memorias, de Casanova, Historia de la decadencia y caída del Imperio romano, de Gibbon, Rojo y negro, de Stendhal, Manifiesto comunista, de Marx, o Guerra y paz, de Tolstoi. Son un ejemplo de lo qué nos encontraremos. Entre los sesenta clásicos he echado en falta obras que personalmente me han marcado, por ejemplo Los miserables, de Hugo, más obras de Shakespeare, Anna Karenina, de Tolstoi, Jane Eyre, de Bronté, Oliver Twist, de Dickens o Las mil y una noches. Pero, lo he señalado al principio, la lista que propone tiene la necesidad de completarse con obras que nos hayan marcado personalmente, pues de eso se trata.


Un placer y sobre todo un libro revulsivo, que incita a leer cuanto antes esas y otras grandes obras que todas y todos conocemos y que muy pocos han leído. Indicado para quienes se desesperan con las novedades literarias que aparecen en las revistas de literatura y te señalan, por indicación de las grandes editoriales, qué leer en este momento. Un regalo para quien quiere recuperar, de vez en cuando, la Literatura, con mayúscula.